El autor demuestra cómo la estructura del santuario hebreo, textos extracanónicos e incluso deidades paganas pueden ayudarnos a descifrar los secretos del Apocalipsis. Asimismo, explica cómo se relaciona Elena G. White con la Escritura y cómo una atención cuidadosa a las raíces del Antiguo Testamento arrojan nueva luz sobre temas como el significado del 666.

Este libro desanima a quienes insisten en elaborar interpretaciones especulativas y estrambóticas del Apocalipsis y profundiza el respeto hacia el Autor de la profecía, quien es siempre congruente, pero nunca predecible.